El presidente de la Autoritat Portuària, Sixte Cambra, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunciaron este 19 de enero un plan de reordenamiento del puerto de Barcelona, cuya medida estrella es la limitación a un máximo de siete terminales para cruceros turísticos (ahora existen ocho).
También habrá modificaciones en el gran espacio vallado que separa actualmente el Portal de la Pau del World Trade Center, que abrirá al público y se destinará a usos ciudadanos en línea con la política del consistorio que gobierna Barcelona En Comú (BeC).
La Vanguardia informa sobre cómo la aprobación de una nueva terminal de cruceros el pasado otoño —el Ayuntamiento de Barcelona forma parte del ente portuario, aunque está en minoría— propició las negociaciones para regular y limitar la actividad turística.
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La decisión llega después de un intenso debate político y social sobre el impacto del turismo en la ciudad.
Barcelona recibe una media anual de más de dos millones y medio de cruceristas.