La policía precisó que no había heridos a causa de los enfrentamientos.
Un grupo de 30 jóvenes rompía escaparates de tiendas y automóviles de policía.
En noviembre Bruselas vivió una oleada de desórdenes, el mayor de los cuales se produjo el día 11 cuando hasta 300 personas salieron a las calles de la capital belga para celebrar la victoria de la selección de Marruecos en el partido de clasificación contra la Costa de Marfil para la próxima Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.
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Los disturbios dejaron 23 heridos, entre ellos, veintidós policías y un civil.
Sus participantes lanzaron petardos hacia agentes, quemaron automóviles y rompieron ventanas de las tiendas.