La quimioterapia es uno de los tratamientos médicos más utilizados a nivel mundial para combatir diferentes tipos de cáncer. Sin embargo, conlleva efectos secundarios que entorpecen el proceso efectivo de curación de los pacientes.
Esta complicación es producida por un daño en el nervio periférico, el cual cumple la función de conectar los músculos con la piel para poder movernos y sentir. Se puede manifestar a través de la baja o pérdida total del tacto en las manos y los pies, de la sensación de hormigueo, adormecimiento, dolor en las extremidades o alteraciones en el sistema motor y en la coordinación para manipular objetos.
En caso de que un paciente llegue a desarrollar alguna de estas alteraciones es muy difícil que pueda recuperar sus condiciones de vida anteriores, ya que son consecuencias crónicas pocas veces reversibles.
Este fue desarrollado por el laboratorio catalán Esteve y testeado por un grupo de investigadores del Instituto Catalán de Oncología del Hospital Universitario de Bellvitge, y supondría el primer tratamiento de eficacia establecida para combatir esta complicación, para la que hasta ahora no existe ningún procedimiento efectivo aprobado.
"Muchas veces se dice que es el 'peaje' que tenemos que asumir [durante el tratamiento], pero llega un momento en que los avances en oncología van a buen ritmo. Entonces ahora no solo tenemos que mirar la supervivencia sino también el bienestar del paciente", remarcó el científico.
Aún resta confirmar la eficiencia del descubrimiento a nivel de neuroprotección ya que "los resultados no son tan claros, pero hay indicios bastante prometedores de que posiblemente en un fase 3 confirmatorio muestren claramente su efecto", señaló Bruna.
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Para que el fármaco esté al alcance del público falta cumplir con la fase 3 del proceso científico, que es el último paso que atraviesa un tratamiento nuevo antes de que las administraciones reguladoras de fármacos lo aprueben para uso general.