En el aeropuerto Vnukovo de Moscú aterrizó un avión de la compañía Iraqi Airways, en el que llegó una delegación presidida por el ministro de Transporte de Irak, Kazem al Hamami.
En aquellas fechas se barajó también la opción de abrir las rutas a Erbil en Irak y San Petersburgo y Kazán en Rusia.
Tras la invasión iraquí de Kuwait en 1990, la ONU introdujo sanciones contra Bagdad en el sector de la aviación.
Las restricciones obligaron en particular a la rusa Aeroflot y la iraquí Iraqui Airways a suspender los vuelos directos entre ambos países.
Además, en mayo de 2004 —un año después de que EEUU invadiera Irak— el Ministerio de Transporte ruso cortó el tráfico aéreo con Bagdad al calificar de insuficiente el nivel de la seguridad de los vuelos a esa "zona de peligro".