"Tenemos una alta sensibilidad frente a esas declaraciones (de EEUU) porque nos dejaron casi en Estado de quiebra", dijo Martínez a la radio estatal Patria Nueva.
Existe "este trauma de haber sido víctimas de más de un siglo de intervención abierta donde se decidían en la embajada (de Estados Unidos) no solo los gobiernos, gabinetes, se decidían presidentes", agregó el ministro en esa emisora.
Las afirmaciones de Brennan provocaron que el Gobierno boliviano lo convocara a la Cancillería para exigirle una retractación por escrito de sus declaraciones.
El Gobierno boliviano aún espera la carta del funcionario de la embajada de EEUU.
El ministro de la Presidencia fustigó no solo las declaraciones de Brennan sino al Gobierno de Donald Trump que no descartó "la vía armada" para resolver la crisis venezolana.
El ministro boliviano advirtió que tras las declaraciones y advertencias del Gobierno de EEUU se esconde una intención velada de restaurar regímenes de fuerza que respondan a sus intereses.
"No solo nosotros, sino los otros países debieran estar alerta de estas declaraciones con cáscara democrática, de libre expresión, pero camuflando intereses que pueden ser la pesadilla de dictaduras para hacerse del poder vía el desprestigio de nuestros gobiernos, inclusive elegidos constitucionalmente y marcados en una legitimidad histórica" que no tuvieron las dictaduras que fueron "producto de intereses extranjeros", sostuvo el secretario de Estado.
Martínez cuestionó el silencio "cómplice" de los dirigentes opositores bolivianos frente a las manifestaciones injerencistas de EEUU en Bolivia y la región.
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El ministro aseguró que el liderazgo del presidente Evo Morales le ha permitido a Bolivia recuperar de la "voracidad extranjera" su soberanía, autodeterminación, sus recursos naturales y empresas estratégicas.
En 2008, el Gobierno boliviano expulsó al embajador de EEUU, Philip Goldberg, a quien acusó de injerencia en asuntos internos y de promover el separatismo en Bolivia.