Afecta tu corazón y tus nervios
A nivel físico, el enojo causa la elevación del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, como un infarto o una trombosis. Además de esto, es capaz de producir afecciones en los sistemas digestivo y nervioso.
Desencadena en ansiedad y miedo
La ira nos convierte en una amenaza andante para los demás, afectando de este modo nuestros lazos sociales y contaminando las relaciones con nuestros amigos y parientes. Además de esto, los demás comienzan a tener miedo a decirte qué realmente sienten o piensan.
Afecta la comunicación
El enojo hace que el cerebro de una persona deje de funcionar de manera plena y 'se desconecte' en busca de un refugio en caso de estrés, minimizando la percepción de que todo lo que está fuera de su 'foco'. De tal modo, la comunicación queda colapsada.
Empeora tus facultades cognitivas
Cuando estás enfadado, piensas peor, puesto que comienzas a utilizar la parte más primitiva de tu cerebro, denominada lóbulo frontal, lo que no te permite usar tus habilidades cognitivas al 100%. Esta es la razón por la cual te cuesta escuchar, dialogar y pensar de manera racional cuando entras en cólera.
La ira genera más ira
Además de las enfermedades y el miedo, el enojo también puede llevar a una escalada de agresividad, un círculo vicioso del que es muy difícil escapar.
¿Cómo controlar la ira?