"El presidente dejó claro que hará frente a la conducta destructiva de Rusia, en particular a su apoyo al régimen de (el presidente Bashar) Asad en Siria, y a sus acciones en Ucrania", dijo McMaster a los periodistas.
McMaster apostilló que para la administración norteamericana los contactos que mantiene el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, como la reunión con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y las conversaciones telefónicas con los líderes rusos "sirven para comunicarse, no para tomar decisiones".
Rusia inició una ofensiva aérea contra los yiahadistas en Siria a petición de su presidente Asad en septiembre de 2015 y medio año después retiró el grueso de sus fuerzas al dar por cumplida su misión, aunque mantuvo su presencia militar en la base aérea de Hmeymim y en el puerto de Tartus.
Además contribuyó a la solución política de la crisis siria al mediar la tregua vigente a partir del 30 de diciembre de 2016 y organizar junto con Turquía las negociaciones en Astaná que derivaron en la reducción de la violencia en el país árabe.
En cuanto a Ucrania, Rusia reiteró en numerosas ocasiones que no forma parte del conflicto en Donbás.
En cambio, es miembro del Grupo de Contacto Trilateral y del cuarteto de Normandía, dos formatos que buscan la resolución del conflicto en el este de Ucrania.