El Gobierno de Enrique Peña Nieto manifiesta "su grave preocupación ante el anuncio formulado el 1 de mayo por el presidente Nicolás Maduro de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva Constitución, mismo que profundiza el clima de desconfianza y la crisis política que prevalece en el país", indicó la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado enviado a la prensa extranjera acreditada.
"Cualquier otra vía para modificar la Constitución (de Venezuela) constituiría un atentado contra la democracia y un grave retroceso en la región", advirtió el comunicado difundido por el despacho del canciller Luis Videgaray.
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La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Tibisay Lucena, recibió el decreto presidencial que solicita la activación de una Asamblea Constituyente.
Contra la violencia y por el restablecimiento de la democracia
En un pronunciamiento de seis puntos sobre "la grave situación" que vive la República Bolivariana de Venezuela, México indicó, en primer lugar, su "categórico rechazo a la violencia y su apoyo irrestricto a la solución pacífica de las controversias".
En segundo lugar, señaló su "compromiso con un acuerdo político que permita el restablecimiento pleno de la democracia".
A lo largo de los últimos meses, la cancillería mexicana ha actuado por la vía diplomática, y en conjunto con otros países del continente, reseña el texto.
Esas acciones concertadas con otros países de la región buscan "contribuir a que sean los propios venezolanos quienes construyan una solución a la crisis democrática, incluyendo la liberación de los presos políticos, la celebración de elecciones, y el pleno respeto a las decisiones de la Asamblea Nacional", prosigue la postura oficial.
En ese tema, "México lamenta la decisión del presidente Nicolás Maduro de iniciar el proceso para retirar a su país de la OEA, lo que convierte a Venezuela en la primera nación que denuncia la Carta de la Organización".
Con respecto al organismo hemisférico, señala que, "más que una simple asociación de países que comparten geografía, la OEA es una organización de naciones que compartimos principios y valores democráticos".
"Darle la espalda a la OEA, es también darle la espalda a esos principios y valores que nos identifican y distinguen", lamentó el Gobierno mexicano.
El cuarto punto sobre la crisis del país caribeño se refiere a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) "como espacio de diálogo político regional".
Sin embargo, México explica que no asistió a la reunión realizada el 2 de mayo en San Salvador a solicitud de Venezuela "debido a la falta de claridad de los objetivos del encuentro".
Al mismo tiempo que agradece a la comunicación de la presidencia pro tempore de El Salvador, reitera su disposición a participar en futuros encuentros, "siempre y cuando se convoquen de conformidad con la normativa y el espíritu de la CELAC".
El quinto punto se refiere a la mencionada preocupación sobre la convocatoria a una Asamblea Constituyente que redactaría una nueva carta magna.
La diplomacia mexicana se compromete en "apoyar, con base en los principios de auto determinación de los pueblos, solución pacífica de controversias, y la protección y promoción de los derechos humanos, un acuerdo político que permita al pueblo venezolano retomar el camino de la institucionalidad democrática, la estabilidad y el desarrollo", puntualiza la postura del Gobierno de México.
Mientras tanto, en Caracas, la presidenta del CNE dijo al recibir el decreto presidencial que "lo que se inicia hoy (es) un nuevo proceso constituyente (que) consolidará la República y llevará al país a la paz, que todos y todas merecemos".