"Las relaciones con Bolivia son especiales, no tenemos relaciones diplomáticas a nivel de embajador, pero dentro de eso tratamos de tener un nivel de relaciones que se adapten a la situación", señaló Fernández.
Las dos naciones mantienen una tensa relación, que se vio agravada el 19 de este mes tras la detención por parte de autoridades chilenas de nueve ciudadanos bolivianos en la frontera, a los que se acusa de robar un camión transportista.
El Gobierno local chileno asegura que los dos militares y siete aduaneros bolivianos detenidos realizaban controles "ilegales" a 400 metros de la frontera, mientras que las autoridades de Bolivia sostienen que sus ciudadanos impedían el contrabando que ingresa desde Chile cuando fueron abordados por carabineros (policía militarizada) a unos 50 metros de la línea limítrofe, en territorio boliviano.
Esta semana, una jueza decretó la prisión preventiva para los detenidos por los delitos de asalto, tenencia y porte ilegal de armas, por lo que deberán esperar en la cárcel a que se lleve a cabo un juicio en su contra.
El incidente se suma a los diferendos que ambos países sostienen en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, donde La Paz busca negociar con Chile una salida soberana al Océano Pacífico, y Santiago, por su parte, pretende confirmar el uso de las aguas del manantial del Silala.