Según The Mirror, Rusia ha desarrollado un misil hipersónico "imparable", capaz de destruir los buques de guerra más sofisticados de la Royal Navy —Marina Real británica—. Ahora, los expertos temen que el cohete sea capaz de hundir los dos portaviones ultramodernos de la flota, el HMS Queen Elizabeth y el HMS Prince of Wales, en un solo ataque.
El Tsirkon es tan rápido que puede dejar atrás a la nave Sea Ceptor de la Marina Real, que está diseñada para derribar misiles que viajan a 3.700 km/h. En otras palabras, la velocidad máxima estimada del Tsirkon —7.400 km/h— dejaría fuera de combate a la Sea Ceptor. Algunos analistas militares opinan que los misiles hipersónicos podrían hacer innecesario el uso de enormes portaviones.
Pete Sandeman, un especialista en asuntos navales, expresó: "La defensa contra los misiles hipersónicos representa un enorme desafío para los buques de superficie. Hay tan poco margen para reaccionar que, incluso si se detectan a tiempo, las defensas existentes pueden ser enteramente inadecuadas. Incluso si el proyectil está roto o detonado por armas cercanas, los escombros tienen tanta energía cinética que el barco puede ser gravemente dañado".
Rusia por su parte ha reiterado en repetidas ocasiones que este país no representa una amenaza para nadie. Su única meta es defender su territorio y a su pueblo.