La policía de Damasco movilizó varios miles de agentes para misiones de patrulla cerca de los principales edificios públicos.
Los centros de enseñanza superior están cerrados.
El control de los coches está reforzado, como resultado hay atascos en las calles estrechas.
Este miércoles se informó que un atacante suicida se hizo estallar en el Palacio de Justicia en Damasco, causando al menos 35 muertos y más de 45 heridos.
Más tarde otro atentado suicida se produjo en un restaurante del barrio de Al Rabua, a tres kilómetros del lugar de la primera explosión, provocando una veintena de heridos, según informó a Sputnik una fuente en los servicios de seguridad sirios.
Los atentados se produjeron en el trasfondo de la tercera ronda de negociaciones para buscar una salida a la crisis siria, la cual fue boicoteada por la oposición armada y concluyó este miércoles en la capital kazaja, Astaná.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas como Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Frente al Nusra, ambas prohibidas en Rusia.
Según datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.