"Claro que entregaremos (las pruebas) si lo piden", dijo a Sputnik.
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Según explicó, la comisión no acusa a Rusia de crímenes de guerra, incluidos el uso de cloro y el ataque a convoy humanitario el 19 de septiembre.
"Nos incumbe solo entregar el informe al Consejo de Seguridad de la ONU, a la Asamblea General y al secretario general de las Naciones Unidas", apuntó.
Piñeiro afirmó que el informe se basa en la información facilitada por varios países.
"Si Rusia quiere, puede debatirlo con nosotros: visitamos Moscú varias veces y mantenemos buenos contactos con la embajada rusa ante la ONU", dijo el presidente de la comisión investigadora.
La ciudad de Alepo fue liberada de los terroristas en diciembre pasado y de momento está controlada por las fuerzas gubernamentales.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
Según los datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.