"Chile ha logrado un desarrollo económico bastante alto y como consecuencia nos encontramos ante una sociedad extenuada con síntomas que indican que las personas ya están cansadas", señaló el psicólogo.
Según Flores, la nación sudamericana es una de las más "trabajólicas" del mundo, con jornadas laborales de 7,6 horas en promedio por persona, entre las más largas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Sin embargo, Chile se sitúa entre los 38 miembros menos productivos de la agrupación.
La organización Mente Sana, entre otros movimientos de la sociedad civil, demanda una política nacional integral para la salud mental, que actualmente no existe en la legislación y tampoco se contempla de parte del Ejecutivo, indicó el experto.
En contraposición, el tratamiento de los trastornos mentales "es costoso, de difícil acceso y relegado casi en exclusiva al mundo privado".
Las licencias médicas asociadas a situaciones de estrés y depresión, equivalen a un 48% del total de los permisos laborales que se solicitan, según cifras del 2016.
"Las personas se enferman al intentar conseguir un ideal de éxito y estatus social", apuntó el profesional.
En su opinión, el cuerpo ejecuta una "protesta silenciosa", que se manifiesta a través de la depresión y otros trastornos, como "uno de los costos que la sociedad está pagando".
Flores rechazó que en las últimas campañas gubernamentales no se haya aludido a este problema y espera que para las elecciones presidenciales de noviembre próximo, los candidatos consideren la salud mental en sus discursos.