"Comprendemos y respaldamos la decisión tomada democráticamente por nuestros afiliados", aceptó Mick Whelan, secretario general del sindicato Aslef.
El conflicto se centra en el plan de la compañía Govia Thameslink Railway (GTR) para eliminar de su división Southern al operativo encargado de abrir y cerrar las puertas de los trenes.
Esta función ya recae en algunos servicios ferroviarios en el conductor y distintos informes coinciden en que el sistema de cierre se puede activar así sin comprometer la seguridad del viajero y empleados.
Pero la plantilla de Southern —conductores y operarios afiliados al sindicato RMT— exigen mayores garantías de las que Aslef estaba dispuesto a aceptar en el acuerdo alcanzado con GTR el pasado 2 de febrero.
"Naturalmente nos entristece y frustra enormemente —como también a nuestros pasajeros— la decisión de los conductores, particularmente porque contaba con el total respaldo y recomendación del liderazgo de Aslef", declaró Nick Brown, encargado de GTR.
El respaldo de los conductores a la acción sindical forzó el cierre total del servicio el pasado diciembre.
GMT ha ofrecido reabrir negociaciones con Aslef "lo antes posible para ver cómo podemos avanzar en consenso".
El sindicato RMT mantiene sin embargo la disputa industrial y ha convocado a sus afiliados a secundar un paro de 24 horas el próximo 22 de febrero.
El líder sindical se mostró dispuesto a trabajar con el resto del sector y los pasajeros e instó a la empresa a "garantizar" la presencia de un segundo operativo, además del conductor, en los trenes de Southern.