"En cualquier país incluido el nuestro, los ánimos antisemitas y las declaraciones ultranacionalistas deben ser erradicados a cualquier nivel", dijo Medvédev.
El jefe del Gobierno ruso recordó que el mismo día de 1945 el Ejército Rojo liberó el campo de concentración de Auschwitz (Polonia) de los nazis.
"Desgraciadamente, hoy hay una xenofobia étnica-religiosa que adquiere una horrible nueva forma bajo el terrorismo, que es también una ideología mortífera que supone el mismo deseo maníaco de matar y destruir", comentó.
El holocausto, según apuntó, fue "uno de los crímenes más horribles de los nazis", que asesinaron a unos seis millones de hebreos.
"Por eso recordamos la tragedia del pueblo judío con un dolor particular, como una catástrofe que nos afecta a todos nosotros con independencia de la religión", afirmó.
El político subrayó que "no se puede olvidar lo que sucedió entonces para que no se repita la tragedia".
El primer ministro afirmó que "Rusia es un país muy complicado" y llamó a "valorar su tranquilidad, las relaciones respetuosas entre las personas de culturas y religiones diversas, que es una condición sustancial de la existencia y el desarrollo de un Estado multinacional".
Medvédev recordó que hace poco el Gobierno de Rusia aprobó un programa especial para poner en práctica la política nacional, cuyo "objetivo principal es garantizar la concordia en la sociedad rusa", según el jefe de Gobierno.