Anteriormente fueron ejecutadas en Bielorrusia otras tres sentencias de muerte.
"El tribunal condenó a la máxima pena a un habitante de Mózyr (provincia de Gómel) por asesinar con extrema crueldad a dos personas", declaró el portavoz.
El condenado, tras haber asesinado a principios de año a dos menores, de 17 y nueve años, llamó a la policía y se tiró por la ventana, pero se mantuvo con vida.
La sentencia puede ser recurrida ante un tribunal superior durante 10 días.
Bielorrusia es el único país de Europa que aún aplica la pena de muerte.
En 1996 se celebró en el país un referéndum nacional sobre la pena de muerte y un 80,5% de los consultados se pronunciaron por preservar el castigo.
Se considera que la conservación de la pena de muerte es uno de los principales obstáculos que impide a Bielorrusia recuperar su estatus de país invitado especial a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE).