La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llegó a un acuerdo para limitar la producción conjunta de crudo en 740.000 barriles diarios, su primer acuerdo desde 2008, y para alcanzarlo "hubo una negociación muy amplia y compleja durante años", explicó el investigador, quien dirigió desde 2012 al primer semestre de 2016 la Revista Asia y África del prestigioso Colegio de México.
"Es normal que varios países productores tradicionales como Arabia Saudí estén preocupados con el crecimiento de la producción estadounidense, que se benefició de los elevados precios", que llegaron arriba de los 100 dólares por barril en 2014, dijo el investigador en temas de Oriente Próximo y África del Norte.
Sin embargo, la situación se tornó crítica para ellos: "Finalmente han tenido que ceder en su guerra internacional de precios", que desataron gracias sus bajos costos de producción.
"Lo más lógico en una asociación de países productores es que se pongan de acuerdo cuando un miembro baja su producción por motivos ajenos a su voluntad—en este caso por las sanciones, explica—, y luego pueda retornar a las cuotas anteriores de su capacidad, cuando son levantadas".
Claves de la negociación
La caída de los precios internacionales del crudo "se debió no solo al freno de la demanda de energéticos en la economía mundial, sino a que los elevados precios en la primera década del siglo XXI permitieron a EEUU el desarrollo de las fuentes fósiles no convencionales", argumenta el investigador.
La producción de ese tipo de petróleo, como el que se sale de las rocas fósiles de esquisto en Texas y Dakota del Norte en EEUU ha estado creciendo su extracción en años recientes.
Fue esa bonanza la que abrió el camino en EEUU, para lograr hacer rentables la producción de fuentes no convencionales de petróleo "y dispararon su producción hasta a una situación insostenible, sumando hasta 5 millones de barriles diarios", a niveles de su pico histórico de los años 1970.
De manera que los países árabes reaccionaron lógicamente ante la inundación de crudos no convencionales en sus antiguas posiciones de mercado —entre otras razones, gracias la polémica tecnología de fractura hidráulica o fracking—: "y no son los causantes originales de ese desequilibrio entre la oferta y la demanda", puntualiza.
Impacto del acuerdo OPEP
Los precios se mantuvieron bajos, a pesar del conflicto en Siria que concentra la atención de las potencias mundiales en Oriente Próximo: "los productores comprendieron que necesitaban volver a ponerse de acuerdo, porque de lo contario cada gota del excedente producida —estimado en hasta dos millones de barriles diarios— se volvía en su contra".
Los conflictos entre Arabia Saudí e Irán van a continuar, y las fricciones y resquemores entre esos polos del mundo árabe hacia otros países más poderosos también, anticipa.
"Pero en el tema petrolero, parece que estamos viendo hacia el futuro una cooperación, que naturalmente debe confirmarse por la realidad y puesta en práctica de los acuerdos", en la próxima cumbre de noviembre.
Los conflictos de Medio Oriente "son de naturaleza más profunda que la simplificación de que se trata de países árabes divididos como las ramas del islam, entre unos con mayoría sunita contra otros de mayoría chiita (Irán y otros), esa es una exageración y una patraña, esa diferencia religiosa existe a pero no es la fundamental e histórica", enfatiza.
Una lectura optimista del acuerdo es que puede impactar positivamente en esa región del conflicto, "pero es muy pronto para poder predecir sus alcances", advierte.