Serguéev destacó que gracias a ello se dispone "de mucho más tiempo de trabajo útil del robot, incluso pese a que este es más lento que un cosmonauta, ya que el ser humano es más hábil, más inteligente, el robot es más lento, su exactitud es menor, no puede realizar operaciones demasiado complejas".
"Pero el robot está todo el tiempo en la superficie exterior de la estación y funciona permanentemente", aseveró.
Según el especialista de RTC, "está previsto que este robot traslade cargas útiles de hasta 200 kilogramos y las manipule: las sostenga, mueva y oriente en el espacio".
"Además, el robot realizará operaciones tecnológicas por medio de instrumentos desmontables tales como conexiones y desconexiones de cables eléctricos, corte por medio de pinzas, tijeras, limpieza de las escotillas, tareas de mantenimiento de la superficie externa de la estación", abundó.
"En la actualidad estamos en la etapa de presentar la solicitud a concurso, lo cual presupone la firma de un contrato y un plazo de cumplimiento de los trabajos hasta la entrega de un ejemplar de vuelo y su puesta en órbita en la EEI de 9 años", adelantó el ingeniero, esperanzado, mostrándole al corresponsal de Sputnik la maqueta funcional en exhibición.
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"Nuestro instituto de hecho se fundó junto a la cosmonáutica, el primer proyecto fue un sistema de aterrizaje para los cosmonautas de la estación Soyuz, luego desarrollamos otros, como el manipulador Aist para la nave espacial Burán, análogo ruso de las naves shuttle", explicó.
Posteriormente, indicó Serguéev, vinieron "otros proyectos espaciales".
"Ahora estamos realizando una serie de experimentos espaciales, uno de los cuales es el experimento Kontur 2, durante el cual un cosmonauta ubicado en la estación controla por medio de una palanca a un robot de nuestro instituto", informó.
El robot golpetea diversas superficies y el cosmonauta determina dónde se encuentra y corrige sus acciones de control, detalló el científico.
"Tenemos muchos otros proyectos interesantes, por ejemplo este robot de exploración radiactiva, tiene una base móvil con ruedas sobre la cual está instalado un manipulador con un dosímetro que le permite escanear el terreno, determinar cuales son los objetos contaminados y recogerlos", comentó, indicando a una especie de minitractor expuesto en el stand.
Serguéev explicó que en base a ese modelo se estudia "la posibilidad de crear un astromóvil para la Luna equipado con lo necesario para su explotación en estas condiciones y con este fin".
"El operador lo controlaría desde la Tierra o una estación orbital lunar sin necesidad de un alunizaje de humanos", aseguró.
Además, RTC ha creado muchos otros robots con fines militares.
"Los suministramos al Ministerio de Emergencias de Rusia, al Ejército, como es el caso de nuestro explorador radiactivo", comentó el ingeniero.
Serguéev recordó el año 1999, cuando en la república rusa de Chechenia un grupo de combatientes separatistas saquearon una planta química donde habían materiales radiactivos peligrosos.
"Los propios rebeldes murieron a consecuencia de la radiación, por lo que esparcieron estos materiales en una gran superficie y nuestros especialistas viajaron al lugar de los hechos con este robot y ayudaron al Ministerio de Emergencias a localizar las fuentes radiactivas", aseveró.
Los especialistas de RTC también ayudaron a superar las consecuencias del accidente de Chernóbil, muchos trabajadores del Instituto participaron en estas misiones y fueron condecorados.
"Tenemos alrededor de 20 robots distintos que fueron desarrollados en tiempos récord con este fin", afirmó el ingeniero.
El Instituto Estatal de Investigaciones Científicas y Proyectos Experimentales de Técnica Robótica y Cibernéntica Técnica (RTC), ubicado en San Petersburgo, es un importante centro científico ruso encargado de la creación de medios técnicos robóticos y cibernéticos de uso espacial, aéreo, terrestre y marítimo.