Los científicos de la Universidad de Swansea, en el Reino Unido, examinaron a 300 personas sanas, pacientes con precáncer y cáncer de esófago, uno de los que tiene mayor índice de mortalidad.
El nuevo método, consistente en una variación de los habituales análisis de sangre, reveló cambios en los glóbulos rojos que aparecen antes de que las células cancerígenas se empiecen a multiplicar de forma agresiva. En las personas sanas, el número promedio de estas mutaciones es cinco por un millón, mientras que en los pacientes con cáncer es de entre 50 y 100 por millón.
Así, el análisis propuesto por los científicos puede detectar estas mutaciones durante un par de horas. Además, es posible someterse a las pruebas en la mayoría de hospitales, puesto que no requiere equipos de laboratorio especiales. El coste es relativamente bajo: 35 libras esterlinas (algo menos de 47 dólares).
Además, el proceso no constituye ningún peligro para la salud de los pacientes, debido a que no es un método invasivo.
"Podemos comparar el test con un 'detector de humo de cáncer', dado que este aparato no detecta la presencia de fuego en nuestras casas, sino su consecuencia, el humo", indicó el líder de la investigación, Gareth Jenkins.
Debido a que los resultados preliminares del proyecto son bastante prometedores, los expertos depositan altas esperanzas en la iniciativa. La mayor ventaja que ofrece la nueva investigación consiste en que podría servir para detectar todos los tipos de cáncer conocidos a tiempo y salvar miles de vidas, puesto que la detección precoz incrementa considerablemente las posibilidades de supervivencia.