En un comunicado, el comité remarca que el comportamiento "no es aceptable" y que no representa los valores del equipo estadounidense y promete que evaluará a fondo la cuestión, con posibles consecuencias para los atletas cuando vuelvan a EEUU.
La nota finaliza diciendo que en los tres días que faltan para que terminen los Juegos el objetivo principal será apoyar a los atletas que todavía están compitiendo y celebrar las conquistas de los que ya han terminado.
El nadador Ryan Lochte pide disculpas por mentir sobre el atraco
En un mensaje publicado en las redes sociales, ha pedido disculpas "por no haber sido más cuidadoso y sincero" a la hora de describir lo que pasó aquella noche, lamentando haber restado protagonismo con esta polémica a los atletas que todavía están compitiendo en estos Juegos.
"Es traumático estar de fiesta con tus amigos en un país extranjero –con una barrera lingüística– y que un extraño te apunte con una pistola y te pida dinero para dejarte ir", dice.
El nadador hace referencia así a los vigilantes de seguridad que empuñaron un arma para intentar retener a los nadadores en la gasolinera hasta que llegara la Policía, ya que éstos pretendían irse sin hacerse cargo de los daños causados.
"Pena y desprecio" del alcalde de Río de Janeiro
Eduardo Paes ha asegurado sentir "pena y desprecio" por los nadadores estadounidenses presentes en los Juegos Olímpicos que inventaron la versión de un falso atraco a punta de pistola para encubrir sus propios actos de vandalismo.
"Confieso que mi sentimiento hacia ellos es de pena y desprecio, qué lástima que tengan algunos fallos de carácter, realmente no representan a los atletas americanos que vinieron aquí", ha comentado el alcalde, lamentando la mala imagen que la primera versión del episodio vertió sobre la ciudad.
El alcalde de Río también ha pedido que se acepten las disculpas públicas del Comité Olímpico de Estados Unidos, que este viernes emitió un comunicado pidiendo disculpas a Brasil por la actitud de sus deportistas.
Los nadadores olímpicos James Feigen, Ryan Lochte, Gunnar Bentz y Jack Conger dijeron en un principio que habían sido atracados a punta de pistola cuando volvían en taxi a la Villa Olímpica después de una noche de fiesta.
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Sin embargo, se ha sabido que esa versión fue inventada para intentar cubrir los actos de vandalismo que realizaron en una gasolinera, donde llegaron a orinar fuera de los baños y a dañar parte de las instalaciones.
