"Las amenazas contra los funcionarios públicos de origen turco son inaceptables", declaró el ministro de Interiores de Alemania, Thomas de Maizière, durante una reunión con los oficiales de la Policía del país.
La votación de los parlamentarios alemanes indignó al mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, y a su Gobierno, quienes no reconocen las matanzas de armenios en el Imperio otomano de 1915 como genocidio.
"Hay que hacer un análisis médico de su sangre. Las personas que tienen sangre turca en sus venas jamás acusarían a este pueblo de genocida", expresó el presidente turco al respecto.
El Ministerio de Exteriores alemán aconsejó anteriormente a los diputados de origen turco abstenerse de viajar a Turquía en un futuro próximo por motivos de seguridad.