Cabe recordar que la nueva meta fiscal deberá substituir a la meta propuesta por el equipo económico de la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, y que ascendió a 96.650 millones de reales (unos 27.153 millones de dólares) después de que su gobierno iniciase el 2016 con un objetivo de superávit fiscal de 24.000 millones de reales (unos 6.782 millones de dólares).
A su salida del Congreso Nacional el líder del Ejecutivo fue recibido con gritos de "golpista" y "corrupto" debido a la difusión de una grabación en la que el ministro de Finanzas, Romero Jucá, considerado el miembro más próximo a Temer dentro del equipo ministerial, reconocía su intención de bloquear las investigaciones de la Operación Lava Jato desde el poder.
Por su parte, el Banco Central de Brasil ratificó sus pesimistas previsiones por las que el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil se encogerá un 3,83 por ciento en 2016 mientras que la inflación se situará en torno al 7,04 por ciento a finales de año, es decir, por encima del límite teórico del 6,5 por ciento fijado por el Consejo Nacional Monetario (CMN).