El Consorcio ruso “Tecnologías Radioelectrónicas” (KRET, por sus siglas en ruso) empezó las pruebas de su nuevo sistema de defensa contra las amenazas aeroespaciales.
Los módulos de interferencia prevén utilizar complejas señales digitales a larga distancia para distorsionar el funcionamiento de varios sistemas de un avión enemigo. El carácter independiente de cada módulo ofrece a toda la red un alto nivel de resistencia. Además, cada módulo será dotado de sus propias medidas de defensa para repeler un ataque contra sí mismo, citó Majumdar a los medios rusos.
El problema para EEUU
Las Fuerzas Armadas estadounidenses, en particular su rama aérea, apuestan mucho por la interconexión para manejar su equipo bélico en tiempo real, explica Majumdar. Al observar el modus operandi de la aviación de EEUU en diferentes escenarios desde la primera Guerra del Golfo, Moscú aprendió mucho sobre su funcionamiento.
“Rusia conoce como volamos”, afirmó en febrero Philip Breedlove, el general de las Fuerzas Aéreas de EEUU y el Comandante Supremo del Mando Europeo. “—Los rusos— invirtieron mucho en la guerra electrónica porque saben que falta ‘desconectarnos’ para hacernos imprecisos”, añadió.
El tema de la guerra electrónica fue pasado por alto desde hace muchos años por EEUU a favor de una “firme devoción” a las tecnologías furtivas, lo que permitió a Rusia ganar terreno en este ámbito, admitió Breedlove.
Para eliminar el retraso, el Pentágono necesita concentrarse en el desarrollo de radares más sofisticados y otras medidas de guerra electrónica. Para subrayar la importancia de este ámbito militar, los altos cargos de la Defensa estadounidense lo comparan con los ámbitos establecidos hace años. Existen la tierra, el aire, el mar, y ahora, EEUU “necesita llevar operaciones ofensivas y defensivas en el ámbito del electromagnetismo”, afirmó en abril la General Mayor, Sandra Finan, citada por Majumdar.