Sin embargo, como el embargo es de carácter temporal, pocas empresas se atreven a realizar inversiones a largo plazo.
Las empresas más afectadas han sido las procesadoras de alimentos, que importaban la mayoría de sus materias primas, explica en el informe.
Además de verse obligadas a buscar nuevos proveedores, continúa, a devaluación del rublo ha hecho imposible transferir los costos adicionales a los clientes y han tenido que reducir considerablemente su margen de ganancias.
A la vez, la extensión del embargo probablemente contribuya al aumento de la inversión en categorías específicas, como la producción de lácteos y la piscicultura, indica Fitch Ratings.
No obstante, advierte que si esta expansión en la producción no conlleva un aumento en la eficiencia y la calidad, estos sectores se mantendrán vulnerables a la competencia extranjera de levantarse el embargo a futuro.
El 25 de junio, Rusia extendió por un año más, hasta el 6 de agosto de 2016, su embargo de carnes, lácteos y otros productos provenientes de EEUU, la UE, Noruega, Canadá.
La mayoría de los importadores simplemente buscaron nuevos proveedores en Turquía, América Latina y países de la ex Unión Soviética.