Al señalar que Ucrania es incapaz de garantizar en forma actual el servicio de la deuda de los 40 mil millones de dólares contraída por el régimen de Yanukóvich, el primer ministro dijo que "este fardo que pesará sobre las futuras generaciones debe ser reestructurado en condiciones aceptables".
"No vamos a sacar dinero de los bolsillos de los ucranianos para pagar una deuda externa absolutamente incompatible con nuestra situación económica y fiscal", subrayó.
La junta de Gobernadores del FMI aprobó en marzo pasado un nuevo programa de ayuda financiera a Ucrania, según el cual el FMI asignará 17,5 mil millones de dólares, los que se inscriben en el plan global de ayuda de 40 mil millones de dólares, que deben prestar todos los acreedores internacionales juntos.