El ataque aéreo contra la provincia, autorizado por el coronel alemán Georg Klein, se saldó con unas 100 personas.
El objetivo de bombardeos del 4 de septiembre de 2009 fueron dos camiones cisterna que los extremistas del movimiento Talibán robaron y ocultaron en el cauce del río.
Según Klein, hubo peligro de que los talibanes usaran camiones para perpetrar atentados.
En el proceso en Colonia dos personas exigieron al Gobierno alemán las indemnizaciones por sus parientes fallecidos.
El padre que perdió en el bombardeo a dos hijos demandó 400.000 euros y una madre de seis hijos, cuyo esposo falleció durante el ataque, 50.000 euros.
Un tribunal de primera instancia desestimó las demandas, alegando que Klein no podía saber que cerca de los camiones se encontraban civiles.
Alemania ya pagó unos 4.500 euros a las familias de 90 victimas mortales.
Los abogados de demandantes declararon que si la Corte Superior Regional rechaza peticiones apelarán a instancias superiores, hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.