En el informe "Él no debía morir. Ataques sin distinción de la oposición siria", de 79 páginas, están documentados los ataques contra distritos densamente poblados que controla el Gobierno, registrados de enero de 2012 a abril de 2014, en particular 17 explosiones de autos, una explosión en el centro de Damasco y 6 cerca de la ciudad de Homs.
A menudo sirven de blanco de tales ataques las zonas pobladas de minorías religiosas, incluidos cristianos, chiíes, alavitas y otros.
Cerca de los lugares atacados no hubo ninguna instalación militar ni sedes gubernamentales, constatan los autores del informe llegando a la conclusión de que el objetivo consiste en atemorizar a la población.
Los grupos extremistas del Frente al Nusra y el Estado Islámico reivindicaron la autoría de 10 de los 25 ataques recogidos en el informe de HRW.
El conflicto armado en Siria continúa desde marzo de 2011 y ya se ha cobrado más de 200.000 vidas.