El organismo oficial comunica que el incremento comprende 16,87 millones de nacimientos y 9,77 millones de muertes.
La cantidad total de la población cuenta con el 51,2% de hombres y el 48,8% de mujeres.
Más de la mitad de los habitantes, el 54,77%, reside en las ciudades; el 45,23%, en las zonas rurales.
Con el objetivo de controlar el incremento de la población, en la década de 1970 el gobierno chino aplicó la política “de un solo hijo”, permitiendo a las parejas urbanas tener un descendiente, mientras que a las rurales dos, en caso de que la bebé fuese una niña.
La preferencia por los hijos varones y la práctica de abortar si la criatura en gestación era una niña, condujeron a un desequilibrio entre hombres y mujeres y el envejecimiento poblacional.
Consecuentemente la fuerza de trabajo decreció en 2012 en 3,45 millones de personas, alcanzando los niveles mínimos desde el inicio de la política de reformas y apertura de 1979.
Para resolver los problemas surgidos, el año pasado el gobierno decidió relajar la política demográfica, al permitir tener dos descendientes a los matrimonios en los que al menos uno de los cónyuges fuese hijo único.
A finales de 2014 cerca de un millón de familias presentaron el permiso para tener un segundo hijo.
En 2015 se espera que la cifra de nacimientos se duplique.
Los expertos creen que el incremento de nacimientos podrá durar en el país entre 5 y 8 años.