El mago fue arrestado y posteriormente decapitado por miembros del EI en una plaza pública, según testigos citados por el tabloide británico.
Los yihadistas consideraron que los trucos del mago iban "en contra del Islam" y eran "un insulto a Dios" porque creaban "ilusiones y falsedades".
"El mago era un hombre popular que entretenía a la gente en la calle con pequeños trucos como hacer desaparecer monedas", afirmó un residente de Raqqa que huyó a Turquía y que calificó el asesinato del mago de "barbarie y carnicería".
"La gente, simplemente le llamaba "mago" y los niños lo adoraban. No hacía nada contra el Islam, pero ha pagado con su vida", añadió el vecino de Raqqa.
Esta ciudad era una de las más liberales y tolerantes de Siria antes de ser ocupada por el estado Islámico. En Raqqa, convivían comunidades religiosas distintas sin problemas.