En septiembre, la empresa rusa —que recientemente lanzó su nueva e innovadora fábrica de microelectrónica— planea tener presencia en los mercados extranjeros, empezando por el de la India. La nueva planta ya está a punto de finalizar la elaboración de microchips resistentes a las radiaciones, que están pensados para ser usados en el espacio exterior.
"Al mismo tiempo, en Rusia se ha iniciado la elaboración de modernos componentes", añadió Aryshev.
Las sanciones antirrusas, un beneficio para el país
En 2014, cuando EEUU impuso un veto sobre las exportaciones de componentes para los satélites a Rusia por poder ser de doble uso —civil y militar—, la industria rusa no disponía de sus propios chips resistentes a la radiación.
Sin embargo, recientemente, la industria espacial rusa logró diversificar su producción y consiguió ser independiente en este ámbito. Actualmente, los componentes necesarios para elaborar estos chips se compran a varios productores de diferentes partes del mundo, y una gran parte se produce dentro del país.
Los avances en este campo también se deben a que la microelectrónica extranjera nunca fue utilizada en los vehículos y lanzaderas más importantes, y a que la industria rusa poseía la capacidad de producir por su propia cuenta la mayoría de los chips básicos para el funcionamiento de estos equipos.
El siguiente paso es aumentar la producción y penetrar en los mercados extranjeros, y el primer ejemplo de esta estrategia es el nuevo contrato firmado por la compañía rusa en la India.