¿Qué es Revolución Federal, el grupo argentino acusado de "sembrar una escalada de violencia"?
¿Qué es Revolución Federal, el grupo argentino acusado de "sembrar una escalada de violencia"?
Sputnik Mundo
Cuatro miembros de la organización radicalizada fueron arrestados acusados de "incitación a la violencia e instigación a cometer delitos", con mensajes que... 22.10.2022, Sputnik Mundo
Desde marchas con guillotinas y antorchas hasta el pedido de "cárcel o bala" a los gobernantes, ¿cómo surgió la agrupación de jóvenes que hoy está en el ojo de la tormenta?Los cuatro integrantes de Revolución Federal que fueron detenidos acusados de incitación a la violencia —Jonathan Ezequiel Morel, Leonardo Franco Sosa, Gastón Ezequiel Ángel Guerra y Sabrina Basile—, serán investigados para evaluar sus presuntas vinculaciones con el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cometido el primero de septiembre de este año cuando llegaba a su residencia en el porteño barrio de Recoleta.El fiscal Gerardo Pollicita pidió la detención porque, a través de la agrupación Revolución Federal, los detenidos "alentaron e incitaron a la persecución y al odio contra determinadas personas a causa de sus ideas políticas", Según el documento, al que accedió Pagina 12, Sosa y Morel fueron ganando adeptos con el objetivo de que "los kirchneristas tengan miedo de ser kirchneristas".La agrupación había convocado a violentas protestas y escraches contra funcionarios del Gobierno, llegando a pedir "cárcel o bala" desde las redes sociales.Los investigadores estudian la relación del grupo con Brenda Uliarte —procesada judicialmente por su participación en la planificación del atentado— a raíz de la presencia de la mujer en una de las marchas convocadas por el colectivo.Sin horizontes"Revolución Federal surge como producto de la crisis política y económica: es un grupo que se conformó a partir del encuentro en marchas", dice a Sputnik Nilo Medina, abogado de Jonathan Morel y quien acudió a la mayoría de las acciones organizadas. "Yo no formaba parte de Revolución Federal, pero sí participaba en marchas. Soy un activista más y los conozco", agrega.El grupo nació a través de las redes sociales. Sus fundadores, Morel y Sosa —ahora detenidos— tienen 23 años, viven en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires y se conocieron en un encuentro libertario a fines de abril.El primero deambuló entre empleos precarios hasta que ingresó a un call center del cual fue despedido. En 2021 abrió una carpintería con el dinero de la indemnización. Sosa, por su parte, estuvo desempleado durante tres años hasta que consiguió un puesto en un taller. Hasta hace poco tiempo, ambos circulaban dentro de la economía informal.Según declaró Morel en un diálogo con Radio Con Vos, la inestabilidad laboral y su precaria situación económica se tradujo en el odio hacia lo que denominan como "clase política": así surgió la idea de organizarse para convocar a personas que sintieran la necesidad de manifestarse abiertamente contra el Gobierno. La iniciativa comenzó en mayo: primero invitando a sus amigos, luego a los vecinos y, finalmente, aceptando a cualquier desconocido dispuesto a acompañarlos.De las redes a las callesLa primera aparición pública fue en la fecha patria del 25 de mayo, cuando organizaron la denominada Marcha de las antorchas contra el Gobierno, convocada a través de las redes sociales. La consigna era simple: movilizarse hacia la emblemática Plaza de Mayo cargando elementos que llamaran la atención de los allí presentes.Para el 9 de julio —Día de la Independencia— además de las consignas radicales llevaron una guillotina con el símbolo de la alianza gobernante —el Frente de Todos— y la leyenda: "Todos presos, muertos o exiliados". Morel la fabricó en su taller tras aprender carpintería por Youtube, según su relato.El abogado defensor de Morel relativiza el impacto de las amenazas: "Hay un desencanto generalizado y un clima de descontento que se traduce en violencia simbólica. Esta es la forma de llamar la atención: podemos estar de acuerdo o no". Medina justifica la forma de actuar de su cliente diciendo que la guillotina es tan solo un medio y que "la finalidad es que se escuchen los reclamos ciudadanos".Consultado sobre si las amenazas y ataques del grupo no forman parte del problema, el abogado responde: "Particularmente no estoy de acuerdo con las guillotinas y antorchas, pero no estoy en condiciones de juzgar a un activista".Para el fiscal Pollicita, por el contrario, las acciones del grupo, "al planificar, coordinar y difundir distintos tipos de mensajes de odio, escraches, actos intimidatorios y manifestaciones, llegando a utilizar incluso antorchas en la vía pública arrojadas junto con bombas de estruendo contra la Casa de Gobierno [...] sembraron en la sociedad la escalada de violencia y odio".Corta y violenta historiaLlegado agosto, el grupo ya estaba definitivamente consolidado: había aparecido en la televisión tras organizar violentos escraches a dirigentes oficialistas, como el ministro de Desarrollo Territorial —Jorge Ferraresi— y opositores, como el diputado de Juntos por el Cambio, Rodrigo de Loredo. El cuarto día del mes, Gastón Guerra —otro integrante detenido— fue apresado por golpear la camioneta en la que se trasladaba al ministro de Economía, Sergio Massa, a la salida de la Casa de Gobierno.El 18 de agosto tuvo lugar la marcha que serviría de puntapié para vincular a la agrupación con los presuntos organizadores del intento de asesinato a la vicepresidenta, debido a la probada presencia de Brenda Uliarte. Para ese momento, si bien el grupo había crecido significativamente, las movilizaciones no contaban con más de 40 o 50 asistentes.La consigna elegida ese día no recurrió a metáforas: "Al kirchnerismo, cárcel o bala. Los vamos a perseguir y van a tener miedo de salir a la calle". Del mensaje a los hechos casi no hubo intermediación: volvieron a la Plaza de Mayo e inmediatamente intentaron irrumpir en la Casa Rosada —sede del Poder Ejecutivo— rompiendo las rejas de protección. La Policía logró dispersarlos.Una semana más tarde, el 26 de agosto, en una conversación pública en Twitter Spaces, aportada por la Agencia Federal de Inteligencia, Morel sostuvo en un diálogo con otro integrante de la organización: "Lástima que a mí ya me conocen la cara porque, si no, sabes cómo me infiltro y espero a que baje [la vicepresidenta de su departamento]. Si a mí no me conocieran, (...) voy (...) y en cuanto pueda paso a la historia".Seis días después ocurrió el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, cuyo ejecutor fue Fernando Sabag Montiel.Los hilos de la investigaciónOtra punta de investigación es la relativa al financiamiento de la organización: Morel declaró haber recibido 8,7 millones de pesos —unos 30.000 dólares al cambio libre— de parte de una empresa de los primos de Nicolás Caputo, amigo del expresidente Mauricio Macri (2015-2019), a cambio de unos trabajos de carpintería. Lo llamativo es que el propio joven había dicho que recién aprendió la disciplina por internet durante el 2021, mientras que el Grupo Caputo es una firma de peso internacional. Hasta el momento la Justicia no se expidió al respecto.El tercer punto a esclarecer es el rol de Ximena de Tezanos Pinto, la vecina del departamento ubicado un piso más arriba al de la vicepresidenta, investigada por alquilar una de sus propiedades a Gladys Egui, la abogada del mencionado Gastón Guerra.Las preguntas apuntan a dilucidar el papel de la organización y si tuvo alguna participación en el intento de magnicidio.
Cuatro miembros de la organización radicalizada fueron arrestados acusados de "incitación a la violencia e instigación a cometer delitos", con mensajes que, según la acusación del fiscal, "sembraron en la sociedad la escalada de violencia cuyo acto más trascendente resultó ser el intento de homicidio de la vicepresidenta".
Desde marchas con guillotinas y antorchas hasta el pedido de "cárcel o bala" a los gobernantes, ¿cómo surgió la agrupación de jóvenes que hoy está en el ojo de la tormenta?
Los cuatro integrantes de Revolución Federal que fueron detenidos acusados de incitación a la violencia —Jonathan Ezequiel Morel, Leonardo Franco Sosa, Gastón Ezequiel Ángel Guerra y Sabrina Basile—, serán investigados para evaluar sus presuntas vinculaciones con el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cometido el primero de septiembre de este año cuando llegaba a su residencia en el porteño barrio de Recoleta.
El fiscal Gerardo Pollicita pidió la detención porque, a través de la agrupación Revolución Federal, los detenidos "alentaron e incitaron a la persecución y al odio contra determinadas personas a causa de sus ideas políticas", Según el documento, al que accedióPagina 12, Sosa y Morel fueron ganando adeptos con el objetivo de que "los kirchneristas tengan miedo de ser kirchneristas".
La agrupación había convocado a violentas protestas y escraches contra funcionarios del Gobierno, llegando a pedir "cárcel o bala" desde las redes sociales.
Los investigadores estudian la relación del grupo con Brenda Uliarte —procesada judicialmente por su participación en la planificación del atentado— a raíz de la presencia de la mujer en una de las marchas convocadas por el colectivo.
"Revolución Federal surge como producto de la crisis política y económica: es un grupo que se conformó a partir del encuentro en marchas", dice a Sputnik Nilo Medina, abogado de Jonathan Morel y quien acudió a la mayoría de las acciones organizadas. "Yo no formaba parte de Revolución Federal, pero sí participaba en marchas. Soy un activista más y los conozco", agrega.
El grupo nació a través de las redes sociales. Sus fundadores, Morel y Sosa —ahora detenidos— tienen 23 años, viven en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires y se conocieron en un encuentro libertario a fines de abril.
El primero deambuló entre empleos precarios hasta que ingresó a un call center del cual fue despedido. En 2021 abrió una carpintería con el dinero de la indemnización. Sosa, por su parte, estuvo desempleado durante tres años hasta que consiguió un puesto en un taller. Hasta hace poco tiempo, ambos circulaban dentro de la economía informal.
Según declaró Morel en un diálogo con Radio Con Vos, la inestabilidad laboral y su precaria situación económica se tradujo en el odio hacia lo que denominan como "clase política": así surgió la idea de organizarse para convocar a personas que sintieran la necesidad de manifestarse abiertamente contra el Gobierno. La iniciativa comenzó en mayo: primero invitando a sus amigos, luego a los vecinos y, finalmente, aceptando a cualquier desconocido dispuesto a acompañarlos.
La primera aparición pública fue en la fecha patria del 25 de mayo, cuando organizaron la denominada Marcha de las antorchas contra el Gobierno, convocada a través de las redes sociales. La consigna era simple: movilizarse hacia la emblemática Plaza de Mayo cargando elementos que llamaran la atención de los allí presentes.
Para el 9 de julio —Día de la Independencia— además de las consignas radicales llevaron una guillotina con el símbolo de la alianza gobernante —el Frente de Todos— y la leyenda: "Todos presos, muertos o exiliados". Morel la fabricó en su taller tras aprender carpintería por Youtube, según su relato.
El abogado defensor de Morel relativiza el impacto de las amenazas: "Hay un desencanto generalizado y un clima de descontento que se traduce en violencia simbólica. Esta es la forma de llamar la atención: podemos estar de acuerdo o no". Medina justifica la forma de actuar de su cliente diciendo que la guillotina es tan solo un medio y que "la finalidad es que se escuchen los reclamos ciudadanos".
"Yo me pregunto si los políticos pueden salir a la calle sin custodia: si no es así, si tienen miedo, deberíamos preguntarnos qué es lo que estamos haciendo para que no haya un clima de paz social", propone Medina.
Consultado sobre si las amenazas y ataques del grupo no forman parte del problema, el abogado responde: "Particularmente no estoy de acuerdo con las guillotinas y antorchas, pero no estoy en condiciones de juzgar a un activista".
Para el fiscal Pollicita, por el contrario, las acciones del grupo, "al planificar, coordinar y difundir distintos tipos de mensajes de odio, escraches, actos intimidatorios y manifestaciones, llegando a utilizar incluso antorchas en la vía pública arrojadas junto con bombas de estruendo contra la Casa de Gobierno [...] sembraron en la sociedad la escalada de violencia y odio".
Llegado agosto, el grupo ya estaba definitivamente consolidado: había aparecido en la televisión tras organizar violentos escraches a dirigentes oficialistas, como el ministro de Desarrollo Territorial —Jorge Ferraresi— y opositores, como el diputado de Juntos por el Cambio, Rodrigo de Loredo. El cuarto día del mes, Gastón Guerra —otro integrante detenido— fue apresado por golpear la camioneta en la que se trasladaba al ministro de Economía, Sergio Massa, a la salida de la Casa de Gobierno.
El 18 de agosto tuvo lugar la marcha que serviría de puntapié para vincular a la agrupación con los presuntos organizadores del intento de asesinato a la vicepresidenta, debido a la probada presencia de Brenda Uliarte. Para ese momento, si bien el grupo había crecido significativamente, las movilizaciones no contaban con más de 40 o 50 asistentes.
La consigna elegida ese día no recurrió a metáforas: "Al kirchnerismo, cárcel o bala. Los vamos a perseguir y van a tener miedo de salir a la calle". Del mensaje a los hechos casi no hubo intermediación: volvieron a la Plaza de Mayo e inmediatamente intentaron irrumpir en la Casa Rosada —sede del Poder Ejecutivo— rompiendo las rejas de protección. La Policía logró dispersarlos.
Una semana más tarde, el 26 de agosto, en una conversación pública en Twitter Spaces, aportada por la Agencia Federal de Inteligencia, Morel sostuvo en un diálogo con otro integrante de la organización: "Lástima que a mí ya me conocen la cara porque, si no, sabes cómo me infiltro y espero a que baje [la vicepresidenta de su departamento]. Si a mí no me conocieran, (...) voy (...) y en cuanto pueda paso a la historia".
Atención. La AFI acaba de aportar audios de miembros de la organización Revolución Federal en los que planean atentados contra Alberto Fernández y anticipan el ataque a CFK días previos a que sucediera. También hablan de matar a Maximo Kirchner. pic.twitter.com/yv0JCiCTwP
Seis días después ocurrió el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, cuyo ejecutor fue Fernando Sabag Montiel.
Los hilos de la investigación
Otra punta de investigación es la relativa al financiamiento de la organización: Morel declaró haber recibido 8,7 millones de pesos —unos 30.000 dólares al cambio libre— de parte de una empresa de los primos de Nicolás Caputo, amigo del expresidente Mauricio Macri (2015-2019), a cambio de unos trabajos de carpintería. Lo llamativo es que el propio joven había dicho que recién aprendió la disciplina por internet durante el 2021, mientras que el Grupo Caputo es una firma de peso internacional. Hasta el momento la Justicia no se expidió al respecto.
El tercer punto a esclarecer es el rol de Ximena de Tezanos Pinto, la vecina del departamento ubicado un piso más arriba al de la vicepresidenta, investigada por alquilar una de sus propiedades a Gladys Egui, la abogada del mencionado Gastón Guerra.
Las preguntas apuntan a dilucidar el papel de la organización y si tuvo alguna participación en el intento de magnicidio.
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