Según la ley israelí, cualquier diputado que cuente con el apoyo de 61 de 120 colegas puede formar un Gobierno. La coalición de Netanyahu cuenta con unos 59 o 60 escaños, es decir, no tiene la mayoría necesaria.
Sin embargo, el primer ministro ya ha anunciado que se reuniría con los partidos de derecha para empezar a formar un Gobierno.
"Si no se puede recaudar la cantidad necesaria, no se puede descartar la formación de un Gobierno de unidad nacional con la participación de Likud y Azul y Blanco", afirmó la investigadora principal del Departamento de Israel del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias, Tatiana Nosenko.
La experta subrayó que después de las terceras elecciones en un año, los líderes de ambos partidos estarán bajo presión y tendrán que hacer concesiones para evitar nuevas elecciones y una crisis de Gobierno.
En esta situación, la posición de Netanyahu sigue siendo fuerte dentro del partido a pesar de que dentro de dos semanas comenzarán las audiencias sobre el caso de corrupción del líder de Likud.
"Es poco probable que Likud proponga otro candidato a primer ministro", indicó.
Netanyahu está acusado de fraude, cohecho y abuso de poder en tres casos de corrupción. Su juicio empieza el 17 de marzo, pero la ley le permite seguir siendo primer ministro mientras dure el proceso, que podría llevar meses o hasta unos años. Es el primer jefe del Gobierno israelí imputado mientras ejerce su cargo y el líder que más tiempo ha sido primer ministro.