"Aunque seguiremos haciendo esfuerzos para resolver el asunto por la vía diplomática, también tomaremos medidas para endurecer el control de exportaciones, eliminando a Japón de la lista de socios comerciales fiables", dijo Hong a los periodistas.
El vice primer ministro mencionó asimismo que Seúl elevará una queja a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a raíz de las restricciones impuestas por Tokio.
Horas antes, Japón anunció la decisión de retirar a Corea del Sur de la lista de 27 naciones que gozan de preferencias en materia del control de exportaciones.
Desde 2004, los surcoreanos se beneficiaban de un procedimiento simplificado junto con los demás integrantes de la lista.
Es la segunda vez en menos de un mes que Tokio endurece el control sobre las exportaciones a Seúl.
A partir del 4 de julio, Japón limitó el suministro a Corea del Sur de tres componentes químicos necesarios para la fabricación de los semiconductores y equipos electrónicos.
Las autoridades japonesas sostienen que Seúl no asegura el control pertinente sobre los materiales de alta tecnología que podrían usarse con fines militares.
Por su parte, Corea del Sur atribuye las restricciones a la disputa sobre el trabajo forzoso durante el período de la ocupación japonesa de la península de Corea, de 1910 a 1945.
Las discrepancias entre Seúl y Tokio se reavivaron después de que en 2018 la Corte Suprema de Corea del Sur resolviera que las empresas japonesas deben pagar compensaciones a las víctimas del trabajo forzoso.
Tokio protestó enérgicamente, alegando que el asunto quedó resuelto con la firma del acuerdo sobre el establecimiento de las relaciones diplomáticas.
En 1965, Japón pagó a Corea del Sur 500 millones de dólares en concepto de reparación del daño ocasionado durante la guerra, esperando que con eso quedasen eliminadas las contradicciones, pero el Gobierno surcoreano invirtió ese monto en el desarrollo de la economía y la infraestructura, mientras sus ciudadanos siguen apelando a tribunales exigiendo indemnizaciones.
Para resolver el problema, Japón propuso formar una comisión internacional de arbitraje, pero la parte surcoreana rechazó esa iniciativa.