Este año son las elecciones en Argentina y el presidente Mauricio Macri deberá enfrentarse no solo a los candidatos de la oposición, sino a las turbulencias económicas que tienen al país en la peor crisis desde el crack financiero de 2001.
En otras palabras, esta influyente fuerza política —que marca a Argentina esté en el Gobierno o en la oposición— necesita apelar a los votantes que no se identifican con esa fuerza política y sean críticos de la gestión del frente oficialista Cambiemos, al mando del país desde diciembre de 2015.
Roberto Lavagna es un hombre pragmático, de acción y pocas palabras. Es un actor de la política, no es un político que se caracterice por la elocuencia y lo discursivo sino por la gestión. Fue ministro de Economía entre 2002 y 2005, durante la presidencias de los peronistas Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, años en los que la Argentina salió de la peor crisis financiera, institucional y social de los últimos años.
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"Lavagna tiene una larga trayectoria en la función pública y una exitosa gestión como ministro de Economía. Podría considerárselo como un candidato moderado, socialcristiano, cómodo más allá de la 'grieta', superador de la 'grieta'", dijo a Sputnik el analista político Sergio Berensztein.
Lavagna fue candidato a presidente en 2007, cuando sabía que no tenía chances de ganar. Salió tercero, con 16% de los votos, en las elecciones por las que Cristina Fernández de Kirchner recibió el bastón presidencial de manos de su marido.
Pero este año podría ser diferente. Sin embargo, todavía no confirmó si será aspirante, aunque se perfila como el potencial candidato de centro, respetado por todo el arco político y con las credenciales necesarias como para afrontar las exigencias en materia económica esperadas para 2020.
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"Lavagna es el candidato ideal para el 'tercer espacio', es decir, el de aquellos que no están ni con Macri ni con Cristina. Tiene apoyos que van más allá del peronismo anti-K. De hecho, el primer gobernador que lo apoyó públicamente fue el de [la provincia de] Santa Fe, Miguel Lifschitz, que es [del Partido] Socialista", dijo a Sputnik el consultor político Rosendo Fraga.
"Hoy es el que tiene menos posibilidades de superar una primera vuelta, pero de llegar al ballotage es el que tiene más posibilidades de ganar, por ser el 'mal menor' frente a las otras dos alternativas [Macri y Fernández de Kirchner]", analizó Fraga.
Roberto Lavagna tiene 76 años y ha forjado una larga carrera política, lejano a la ideología y la ortodoxia. Tuvo cargos de director en 1973 y 74 durante la última presidencia de Juan Domingo Perón, trabajó como Secretario de Industria entre 1985 y 87 durante la presidencia de Raúl Alfonsín (de la Unión Cívica Radical, partido tradicionalmente opuesto al peronismo), y fue embajador ante los organismos económicos y la Unión Europea entre 2000 y 2002. Su candidato a vicepresidente en 2007 fue el radical Gerardo Morales.
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"Lo primero que acreditó Lavagna en 2002 fue su capacidad de formar equipos en la gestión económica a nivel nacional y con las provincias, que le permitieron hacerse cargo de la reestructuración de la deuda externa. Es visto como un piloto de tormenta y como un hombre eficiente", dijo a Sputnilk Enrique Zuleta Puceiro, analista y consultor.
"También ha cosechado títulos: ha sido candidato a presidente, ha estado en el infierno, no se ha quedado en la crítica ni en la postura reivindicativa sino que ha asumido los riesgos de la política electoral, y es respetado por eso", agregó.
Entre estos, el diputado Sergio Massa y el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey, así como la posibilidad de tener como contrincante dentro de la oposición a la expresidenta Cristina Fernández, quien aun tampoco aseguró si correrá la carrera presidencial este año.
Las elecciones a gobernadores ya están en acción en el país. El 17 de febrero de 2019 fueron las primarias en la provincia de La Pampa y las primeras generales serán el 10 de marzo en Neuquén.
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El entramado de coaliciones entre las corrientes del peronismo y la temperatura política y económica de aquí al 22 de junio, cuando cierran las listas de precandidatos para las elecciones nacionales, serán claves para que la definición de unas elecciones que no tienen ganador previsible.
"Si el peronismo enlaza triunfos en todas estas provincias es muy probable que haya un proceso de unificación muy grande, donde Cristina Kirchner acompañe ese proceso. A mi me da la impresión de que Cristina lo que quiere es que se vaya Macri para que se caigan las causas judiciales", opinó Zuleta Puceiro.
"Sería ideal para ella que el peronismo ganara con un personaje como Lavagna, que es un hombre mayor, que no tiene capacidad de regenerar nada ni de generar una fuerza política propia ni amenaza. Asumiría en las condiciones que quieren todos, que es la de un presidente de transición", concluyó el analista.