El presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, declaró el 29 de octubre que no prolongaría su mandato que expira el 1 de noviembre.
La decisión de Barzani se enmarca en el contexto de la crisis entre Bagdad y Erbil que se agudizó tras el referéndum del 25 de septiembre, en el que un 93% de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.
El 16 de octubre, el primer ministro y comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Irak, Haider al Abadi, lanzó una operación para recuperar la provincia controlada desde 2014 por los peshmerga.
Ese mismo día los militares iraquíes tomaron el control de Kirkuk y varias instalaciones estratégicas.
El Gobierno del Kurdistán iraquí ofreció a Bagdad declarar un alto el fuego y empezar el diálogo y a cambio prometió congelar los resultados del referéndum de autodeterminación.