Andréi Stanavov analiza en su artículo para Sputnik los objetivos de una prueba tan extensa para la aviación de largo alcance de Rusia.
"Un mensaje para EEUU"
Estas habilidades permiten ampliar significativamente el rango de aplicación de la aviación de largo alcance y confirmar la posibilidad de realizar ataques masivos con misiles y bombas contra objetivos de supuestos enemigos prácticamente en cualquier lugar del mundo.
Según los expertos, estas maniobras no son otra cosa que una inspección y una prueba de la preparación para el combate de las tripulaciones, la maquinaria de aviación y el personal de aeródromos.
"Es una especie de mensaje, especialmente a EEUU, para que no se olvide de que a diferencia de los misiles norcoreanos, que no se sabe si alcanzarían la parte continental de EEUU, Rusia sí que dispone de este tipo de armas, aviones, incluyendo estratégicos. En caso de una amenaza de guerra, estos alcanzarán cualquier parte del mundo. Diría que con estos ejercicios se intentan enfriar las cabezas calientes en la Casa Blanca y el Pentágono", aseguró el experto.
'Osos' y 'Backfires'
Estas aeronaves se arman con misiles guiados supersónicos Kh-22M de diversas modificaciones. Cada Tu-22M3 lleva hasta tres misiles de este tipo, capaces de destruir blancos marítimos y terrestres a una distancia de hasta 480 kilómetros.
Además, el Backfire es capaz de llevar bombas de caída libre o hasta diez misiles operativos y tácticos Kh-15, que alcanzan una velocidad de hasta Mach 5 y permiten destruir bases aéreas, radares, centros de mando y fábricas militares del enemigo a una distancia de 300 kilómetros.
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Los Tu-95MS —Osos, según la codificación de la OTAN— también participaron en las maniobras. Junto con los bombarderos supersónicos Tu-160, forman la espina dorsal de la aviación rusa de largo alcance. Las armas principales de estos aviones son misiles de crucero de largo alcance capaces de transportar cargas tanto convencionales como nucleares.
Según los expertos occidentales, el alcance del novedoso misil estratégico Kh-101 (y su versión nuclear Kh-102) es de 5.000 kilómetros con unos cinco metros de probable desviación. La primera prueba oficial del uso de los misiles en combate fue el vídeo publicado por el Ministerio de Defensa a finales de 2016. La grabación muestra cómo el Kh-101 destruye las posiciones de los terroristas en Siria.
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Cielo, mar y tierra
Durante estas maniobras, los aviones de reconocimiento Su-24MR realizaron vuelos a la máxima distancia sobre el mar de Ojotsk. Asimismo, más de 2.000 militares y unas 700 unidades de maquinaria bélica, incluyendo tanques T-72B3, helicópteros Mi-8AMTSh y aviones MiG-31, participaron en los ejercicios.