"Abimael Guzmán es un hombre que se fanatizó con el maoísmo e ingresó en un tema que la psiquiatría explicaría muy bien, de pretender convertirse en el seguidor de su ídolo Mao Tsé Tung y realizar la Revolución China en Perú", explicó Jara, autor del libro "Abimael. El Sendero del Terror", publicado la semana pasada en Perú por la editorial Planeta.
Jara dedicó un lustro a investigar la formación política de Guzmán y los primeros años de Sendero Luminoso desde su creación, en 1964, sus viajes iniciáticos a China, donde aprendió de primera mano la doctrina política y militar del maoísmo, hasta sus primeras acciones armadas y sus primeros asesinatos, en 1980.
"Lo dramático y doloroso es que el sanguinario movimiento Sendero Luminoso surgió en una universidad, precisamente en el lugar de la razón, de la inteligencia, del aprendizaje. En ese límite tan delgado en el ser humano, en esa línea que divide tan tenuemente la sensatez de la enajenación, allí, en ese ignoto espacio, se incubó una tragedia que iniciaron e impulsaron maestros y alumnos universitarios", escribe Jara en su libro.
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Según el autor, Guzmán no era un líder político con un pensamiento propio, como se lo presentó durante la década del 80, sino una persona cegada por el fanatismo e incapaz de leer la situación política de su país y del mundo cuando decidió dar el paso a la lucha armada.
Mao Tse Tung murió en 1976 y para 1980 el Partido Comunista de China estaba implementando importantes cambios en la política, la economía y la sociedad del país asiático.
"Uno de los rasgos del fanático es su desconexión con la realidad, y este señor no hizo ninguna lectura del momento que se vivía: en el mundo estaban desactivándose todas las revoluciones y en Perú se estaba saliendo de una dictadura militar que había durado 12 años, después de la cual la gente lo que quería era un régimen con libertades y este hombre venía a tratar de imponer una nueva dictadura", continuó.
El rol de Augusta de la Torre
Uno de los puntos altos del libro es el rescate del papel que jugó Augusta La Torre, pareja de Guzmán, en la formación y consolidación de Sendero Luminoso, en especial de su brazo armado, de quien fue una de las principales ejecutoras.
El autor recordó que Guzmán "nunca fue un hombre de acción", sino que "daba las órdenes y era Augusta La Torre la que se encargaba de que eso se llevara a cabo".
La Torre murió el 14 de noviembre de 1988, en circunstancias nunca aclaradas, cuando la pareja y varias decenas de integrantes de Sendero Luminoso estaban desde hace años en la clandestinidad.
Qué queda de sendero luminoso
Guzmán fue descubierto y capturado el 12 de septiembre de 1992 en una residencia de la capital peruana.
Luego de varios juicios fue condenado a cadena perpetua, acusado de "terrorismo contra el Estado" y de ser el autor material e intelectual miles de asesinatos.
El Gobierno peruano ha anunciado que extremará la vigilancia de estas personas, al tiempo que ha advertido que integrantes de Sendero Luminoso están infiltrados en los gremios educativos.
Para el ministro de Interior, Carlos Basombrío, los integrantes de Sendero Luminoso mantienen las mismas convicciones políticas que los llevaron a cometer decenas de atentados durante los años 80 y 90, causando miles de muertos entre políticos, magistrados, campesinos y ciudadanos en general.
Varios informes del Gobierno peruano señalan que la organización continúa activa en la zona conocida como el Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro), aunque no cuenta con más de un centenar de integrantes.
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De acuerdo a la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Sendero Luminoso causó la muerte de más de 31.000 personas durante los años 1980 y 2000.