La provincia de Idlib es una de las regiones más pobladas de Siria bajo control de las organizaciones terroristas. El conflicto entre los habitantes de la zona arrancó hace seis meses. Los terroristas del Frente Fatah al Sham (proscrito en Rusia y otros países) acusaron a los grupos más moderados de colaborar con EEUU y Turquía y de revelar las posiciones de los terroristas, lo que consideraron una 'traición a la yihad'. Aterrorizados, los grupos más pequeños se unieron a un aliado mayor y más moderado, el grupo Ahrar al Sham, que es apoyado por Kuwait y en silencio por Turquía, de acuerdo con Krútikov.
El 21 de julio trascendió que los grupos Ahrar al Sham y Frente Fatah al Sham acordaron un alto el fuego tras encarnizados enfrentamientos en la provincia de Idlib. Sin embargo, los yihadistas del Frente violaron la tregua y solo en un día echaron a los 'verdes' de la ciudad. De esta manera, el Frente Fatah al Sham, conocido por su violencia extrema, pasó a ser la primera fuerza en la zona.
"El grado de violencia del Frente Fatah al Sham supera incluso a las atrocidades de Daesh", enfatiza Krútikov.
La incapacidad del Frente Fatah al Sham de negociar y su brutal comportamiento medieval no dejan otra salida a Bashar Asad que recurrir a una respuesta contundente. Rusia y Turquía, sostiene el columnista de Vzglyad, "acordarán una operación conjunta contra estos bárbaros".
"Y puede ser que hasta la coalición estadounidense se una también a esta iniciativa en caso de que disponga de recursos", subraya Krútikov.
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