"La desesperación de ver a tu hija convulsionando todos los días a todo momento es tan grande que decidimos encararlo". El relato de una madre en Brasil que recurrió a un tratamiento a base de marihuana para la epilepsia de su hija de 5 años se convirtió en un documental sobre su peripecia familiar para obtener el medicamento hasta entonces ilegal en el país.
La medida dio continuidad a una serie de resoluciones que flexibilizaron la utilización de medicamentos con extractos de marihuana y Brasil se sumó a los países latinoamericanos que están marcando la delantera con al menos alguna concesión en la materia, como Chile, Colombia, Uruguay y, más recientemente, Argentina, México y Paraguay.
Sputnik conversó con dos médicos especialistas sobre el tema. En España, desde hace cinco años la Fundación Kalapa Clinic atiende a un centenar de niños con el cannabidiol (CBD), componente de la marihuana que no tiene efecto psicotrópico, sino solo sedativo e inhibidor de las transmisiones nerviosas. La sustancia es recomendada para casos de epilepsia refractaria, que no reaccionan a los tratamientos comunes.
"Actualmente estamos tratando a 102 niños y tenemos un porcentaje de mejoría en el patrón epiléptico de un 65% a 75%. Tenemos a un solo paciente asintomático en este año y medio que lleva ya sin ninguna crisis. En el restante hubo una mejora en el tema de las crisis: disminuye el número de crisis y la intensidad de las mismas", explicó al programa Big Bang de Sputnik, el médico Mariano García, dedicado al uso terapéutico del cannabis y asesor de la Fundación Kalapa Clinic.
"Estos pacientes tienen problemas cognitivos graves, no hablan, no andan, no interaccionan con el entorno. Hemos conseguido realmente por este otro lado una mejoría muy interesante tanto a nivel cognitivo como a nivel psicomotriz. Tenemos a pequeños que no caminaban y que están caminando y algunos que están volviendo a poder hablar. Hay otros que están interactuando más con el entorno a través de música, televisión, tablet, libros y sobre todo a nivel de respuesta a estímulos verbales o a órdenes de los padres", señaló.
Para el director de Neuropediatría del Instituto de Neurología de la Facultad de Medicina de Uruguay, Gabriel González, sin embargo, el tema todavía carece de estudios más profundizados. A su juicio, antes de acudir al tratamiento con el CBD, hace falta probar todas las posibilidades previas: los fármacos tradicionales, una eventual necesidad de cirugía en algunos casos y una dieta a base de grasa, conocida como cetogénica.
"¿Cuál es el mayor problema que tenemos [en cuanto al cannabidiol]? Lo primero es que no es para cualquier epiléptico. Es para un refractario que no haya respondido al tratamiento común. Dos, es que tenemos que saber lo que le estamos dando, no es cualquier producto. Los productos naturales a veces cambian, no tienen una composición uniforme. En Estados Unidos mismo, solamente el 30% tiene la composición de lo que dice que tiene. Este es un gran problema porque uno no sabe qué cantidad le está dando", matizó González.
Según el uruguayo, algunos medicamentos a base de marihuana se han conocido como "desilusión hippie", debido a su alta concentración de CBD y poca o ninguna proporción de tetrahidrocanabinol (THC), responsable del efecto psicotrópico de la planta.
Asimismo, el neuropediatra advirtió que los efectos adversos "existen como en todo caso" y manifestó su preocupación con relación al futuro de los niños tratados con sustancias cannabinoides aunque haya evidencias de una mejora inmediata.
"Es fundamental que la composición tenga poco THC, pero a largo plazo los efectos no están develados. El THC se ha revelado que puede tener algunos impactos en la memoria y en algunos trastornos psiquiátricos", evaluó.