Las opiniones de los analistas serbios al respecto son diversas. En general, los expertos han abordado las capacidades y características del armamento suministrado. No obstante, Branislav Ristivoevich asegura que la autonomía de vuelo y el alcance de los MiG son algo irrelevante si se comparan con el 'efecto tectónico' en el terreno geopolítico que supone esta entrega.
"Al aceptar la propuesta de Rusia, hemos dado un paso hacia la transición de la esfera política, económica y estratégica occidental hacia la del este", señaló.
Según Ristivoevich, independientemente del enfoque de Belgrado, de su entorno político, de las promesas del primer ministro del país —Aleksandar Vucic— de no dejar el camino europeo… "cuando la existencia física de Serbia y de los serbios como nación se vio amenazada, en los únicos en quienes podíamos contar era en nosotros mismos y en los rusos".
El autor del artículo opinó que Vucic está haciendo equilibrios entre dos poderosos campos geopolíticos.
"Ahora, Occidente también quiere la República Srpska, Voivodina, y quién sabe qué más. Pero parece que el primer ministro no está preparado para hacerlo. Eso no se lo habían prometido. Sin embargo, cuando todavía no había decidido qué hacer, los rusos hicieron lo que siempre han hecho con Serbia: ayudarla".
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"Si la gente me hubiera confiado el poder político, yo conseguiría en el Parlamento que el proceso [del giro al este], que se inició con la aprobación de la propuesta de Rusia, se completara, pero no con la reparación y entrega de aviones militares que no son nuevos —eso es lo menos importante—, sino con la elección de una determinada línea geopolítica correcta y útil para Serbia que tenga futuro", concluyó.