Famosa por su labor al apagar los 700 pozos petrolíferos incendiados durante la retirada del ejército iraquí en 1991, la empresa facturó 1,5 millones de dólares por apagar un incendio que consumió 950.000 metros cúbicos de crudo a lo largo de 10 meses de duración, por lo que el asunto de Santos parece una nimiedad en comparación.
Se espera que los bomberos consuman un millón de litros de espuma F500 además de otros 360 litros de "cold fire", unas cantidades que se suman a los 8.000 millones de litros de agua marina empleados hasta el momento por los 188 bomberos que trabajan 24 horas al día en turnos para mantener los tanques a la menor temperatura posible y evitar explosiones.
Tras casi una semana cerrado en uno de sus principales accesos, el puerto de Santos, el mayor de Brasil, reabrió en la noche del miércoles durante seis horas sus accesos afectados por la cercanía del incendio siguiendo las precauciones de la Policía de Carreteras y la Secretaria Municipal de Asuntos Portuarios.