"Teníamos un camión de Petrobras y ahora hay tres más llegando ademas de otros equipamientos de auxilio", declaró en la noche del sábado el representante municipal restando importancia a su pedido de auxilio al gobierno central al asegurar que "las condiciones cambiaron pero eso no significa un agravamiento".
La calidad del aire en la región está siendo controlado por la Secretaria de Medio Ambiente de Santos que por el momento no considera peligroso el abundante humo negro que emana del incendio, aunque sí que señaló la muerte de abundantes peces en el canal del puerto de Santos y alertó a la población para no consumirlos.
"Debido a que no podemos vaciarlos la situación es completamente inesperada porque tenemos tanques repletos de combustible que se están derritiendo", alertó Bertollini cuyos hombres habrían empleado ya 5.000 millones de litros de agua de mar para enfriar el resto de depósitos pero que todavía no consiguen acercarse a menos de 100 metros de las llamas debido al integrísimo calor que desprende el incendio.
Además, el incendio reviste una gravedad especial debido a que ha obligado a cerrar varias terminales del puerto de Santos, el mayor puerto comercial e industrial del país, lo que evidentemente podría afectar al flujo de comercio de todo Brasil.