Un total de 1.929 residentes en Inglaterra y Gales estaban vetados, por orden judicial, de presenciar un partido en un estadio de fútbol nacional o internacional, de acuerdo con las últimas estadísticas del Ministerio del Interior publicadas en noviembre de 2017.
La retirada de pasaportes se aplica durante el "periodo de control" de competiciones internacionales y se ha extendido en esta ocasión desde el 4 de junio hasta la jornada del último encuentro en que se dispute la final del Mundial.
El 32% de los sancionados hasta la temporada de 2017 son hinchas de equipos clasificados en la liga de Campeones y el 26% siguen a otros clubes de la Premier inglesa.
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Exteriores británico calcula que hasta unos 10.000 hinchas británicos viajarán a Rusia con el propósito de presenciar encuentros de la selección inglesa.