En la grabación se puede ver cómo el operador de una excavadora intenta poner sobre sus ruedas una grúa que se había volcado en una cuneta.
Desde el principio queda claro que el alargado cuello de la grúa hace de enorme contrapeso y que los esfuerzos de la excavadora son en vano. En estas circunstancias lo único que tenían que hacer los constructores para solucionar el problema era plegar el cuello un poco para disminuir la fuerza que ejercía sobre la plataforma. No obstante, no lo hicieron y decidieron que podían salir airosos de esa.
Así que al final ellos mismos vieron lo imposible que resulta engañar a la gravedad. Cuando el ángulo de inclinación de la grúa llegó a los críticos 45 grados, la presión ejercida sobre su tronco fue insoportable y el cuello se desprendió de la plataforma, produciendo un crujido. Como resultado la estructura finalmente se enderezó, pero, ¿quedaron satisfechos con los resultados los constructores? Una buena pregunta.