El perro abandonado llegó al refugio de animales de El Campito en octubre pasado e, incluso, tras un período de adaptación, su temperamento hostil hacia los humanos y otros perros no mejoró. No respondía a los intentos de comunicación de los adiestradores.
Después de una revisión veterinaria, se dieron cuenta que el animal era sordo, lo que explicaba su actitud. Desde entonces, los adiestradores comenzaron a enseñarle el lenguaje de signos para que pudiera aprender órdenes básicas como quieto, para, relájate, mírame.
Desde que pudo comunicarse con seres humanos, el carácter de Faraón mejoró y se volvió más sociable. El objetivo final del refugio es encontrar una familia que adopte al perro para mostrarle que también merece ser amado.