Daniel quedó aterrado cuando el enorme reptil salió del agua y comenzó a perseguir al pez, que todavía seguía atrapado en su caña de pescar.
"¡Corre, Daniel, corre!", le dijo su amigo al darse cuenta de que el reptil se dirigía hacia ellos.
Por suerte, el cocodrilo solo estaba interesado en el pez y los amigos salieron ilesos de la inesperada aventura.
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