Fue la alta demanda de su piel lo que empujó a los humanos a matar a estos animales en grandes cantidades. Hace varios años se podía comprar legalmente en Europa, Rusia y China. Las campañas lanzadas por los activistas en contra de la caza de focas contribuyeron a que más de 35 Estados del mundo prohibieran la importación de productos de foca.
Sin embargo, todavía existen Estados como Canadá, donde la caza de focas sigue generando ingresos millonarios. Por ejemplo, en el 2018 la caza de estos animales permitió producir beneficios por valor de 1,6 millones de dólares, informó el Departamento canadiense de la industria pesquera y los océanos.
En el 2019 este país norteamericano incluso comenzó la temporada de caza con varias semanas de antelación para brindar su apoyo a una industria en vías de desaparición. Si bien el Gobierno canadiense demanda que los cazadores utilicen técnicas de matanza 'humanas' antes de otorgarles una licencia, los grupos de defensa aseveran que las matanzas de estos animales no pueden ser humanizadas.
"Muchos animales son abandonados y sufren en agonía, arrastrándose sobre su propia sangre por el hielo", declaró Rebecca Aldworth, quien es la directora ejecutiva de Humane Society International en Canadá, citada por la revista National Geographic.
Te puede interesar: Las focas marinas, al servicio de las FFAA de Rusia