Al sentir el peligro, el reptil del parque transfronterizo de Kgalagadi trató de huir de los carnívoros utilizando sus propias patas. Dado que sus perseguidores se movían más rápido, la tortuga empleó un truco que suele usar en ocasiones parecidas: se escondió dentro de su caparazón.
Las leonas llevaron a cabo un par de intentos para tratar de sacar al reptil de su refugio. No obstante, todos sus esfuerzos resultaron infructuosos.
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