El depredador marino de más de 200 kilos pertenecía a la especie Epinephelus itajara, conocida como mero guasa.
Los peces de este tipo pueden alcanzar un peso de hasta 300 o 400 kilos y suelen cazar tiburones pequeños, tortugas, pulpos y otros organismos marítimos.
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La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que esta especie se encuentra ante el peligro de extinción, por lo tanto, su pesca está prohibida.