La joven realizaba el truco con la ayuda de su marido, Tyce Nielsen, que la estaba agarrando con los ojos vendados. En un determinado momento, Nielsen tenía que aguantar a su esposa mientras ella se deslizaba hacia abajo.
No obstante, la acróbata acabó cayendo sobre el escenario, muy cerca de un fuego encendido para hacer el truco todavía más espectacular.
Por un momento, el público —entre el cual se encontraba el hijo del matrimonio y su abuela— se temió lo peor. Afortunadamente, unos segundos después la acróbata se levantó por su propio pie y demostró que no había sufrido ningún daño.
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